Los investigadores han explorado el papel que juega la dieta en las bacterias intestinales y cómo afectan a la salud cardiovascular.
Un nuevo estudio ha demostrado que una dieta basada en plantas podría reducir el riesgo de enfermedad coronaria. Esto ocurre debido a que el patrón del microbioma intestinal puede favorecer las bacterias buenas.
En un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology, los investigadores informan que reducir la ingesta de productos animales y seguir una dieta basada principalmente en plantas puede disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca. Se debe a que se minimizarían los efectos adversos de un metabolito del microbioma intestinal, asociado con un aumento del riesgo de la enfermedad coronaria.
Menos TMAO, menos riesgo
Los científicos del estudio se han centrado en el metabolito N-óxido de trimetilamina (TMAO). Concretamente, el TMAO se produce cuando las bacterias intestinales digieren los nutrientes que se encuentran comúnmente en productos animales como la carne roja.
En este sentido, el metabolito se ha relacionado con un mayor riesgo de ataque cardíaco y enfermedad coronaria (CHD). Cabe destacar que, según diversos estudios, las dietas veganas o vegetarianas reducen los niveles de TMAO que produce el cuerpo.
Pormenores del estudio
El equipo de investigación examinó a 760 mujeres en el Estudio de Salud de Enfermeras, un estudio de cohorte prospectivo que incluye 121.701 enfermeras registradas de 30 a 55 años. Las mujeres facilitaron datos sobre sus patrones dietéticos, tabaquismo y actividad física, así como otros datos demográficos. También proporcionaron dos muestras de sangre tomadas en la Clínica Cleveland, con 10 años de diferencia la una de la otra.
Los investigadores encontraron que las mujeres que desarrollaron enfermedad coronaria durante ese período de tiempo también tenían mayores cantidades de TMAO en la sangre. Ocurrió lo mismo cuando se estudiaron otros valores: dietas más pobres, IMC más altos y antecedentes familiares de ataque cardíaco. El estudio sugiere que las participantes que tuvieron el mayor aumento en las cantidades de TMAO durante el estudio también tuvieron un 67% más de riesgo de desarrollar enfermedad coronaria.
Declaraciones de los expertos
En palabras de Lu Qi, autor principal del estudio y director del Centro de Investigación de Obesidad de la Universidad de Tulane (EE.UU.), “la dieta es uno de los factores de riesgo modificables más importantes para controlar los niveles de TMAO en el cuerpo”. No obstante, el experto matiza que “ningún estudio de cohorte prospectivo previo ha abordado si los cambios a largo plazo en TMAO están asociados con CHD, y si las ingestas dietéticas pueden modificar estas asociaciones”.
Además, los autores del estudio no encontraron diferencias en los niveles de TMAO entre los participantes de CHD y control en la primera recolección de muestras de sangre. Sin embargo, la segunda recolección de muestra de sangre tomada 10 años después encontró que los niveles de TMAO eran significativamente más altos en las participantes con CHD.
Cada aumento en TMAO se asoció con una subida del 23% en el riesgo de cardiopatía coronaria. Esta asociación se mantuvo después de controlar los factores demográficos, la dieta y el estilo de vida. Por lo que se confirma el vínculo entre los niveles más altos de TMAO y el riesgo de esta enfermedad.
El eje del intestino cardíaco
Los hallazgos del estudio proporcionan más evidencia del papel de TMAO. Así lo ha confirmado Paul A. Heidenreich, profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (EE.UU.). “Se trata de un biomarcador predictivo para la enfermedad cardíaca”, ha subrayado Heidenreich.
Para futuros estudios, Qi cree que “los resultados deberían alentarnos a continuar abogando por una adopción más generalizada de los patrones de alimentación saludable”. Además, señala que “sus hallazgos muestran que la disminución de los niveles de TMAO puede contribuir a reducir el riesgo de CHD. En este sentido, sugiere que los microbiomas intestinales pueden ser nuevas áreas para explorar en la prevención de enfermedades del corazón”.
Referencias
Heianza Y, Ma W, DiDonato JA, et al. Long-Term Changes in Gut Microbial Metabolite Trimethylamine N-Oxide and Coronary Heart Disease Risk. J Am Coll Cardiol. 2020;75(7):763-772.